18 mayo 2006

¿Qué se espera del periodismo económico?

Al hilo de la presunta estafa de Afinsa y Forum Filatélico, se ha abierto de nuevo el viejo debate sobre por qué los periodistas económicos no han sido capaces de desvelar una trama de semejante calibre - veáse Periodistas21 o AlAbordaje-. Como en todos lados cuecen habas, también en los EE.UU ha habido críticas a la labor desempeñada por los informadores especializados, especialmente durante el estallido de la burbuja tecnológica. Así responde Myron Kandel, uno de los gurús del periodismo económico americano, a Chris Roush, en una reciente entrevista publicada en su blog:

Q: Business journalism has been criticized in recent years for missing some big corporate scandals. Do you think that’s a valid critique?

A: Yes. Everybody else missed it too. Wall Street analysts, who get paid a whole lot more, missed it. I think business journalists, along with the rest of society, were carried away to some extent by the booming economy and the gangbuster stock market. There were a few examples of saying the emperor has no clothes, but they were a voice in the wilderness. How many adulatory stories were written about Ken Lay?

[La entrevista entera, aquí]

Quizá esta es una buena oportunidad para recuperar el artículo "¿Qué se espera del periodismo económico?", publicado en septiembre de 2003 por el profesor de la Universidad de Navarra Angel Arrese en la revista Istmo, editada por la Universidad Panamericana y el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE) de Méjico:

"Pero hay una pregunta que sigue sin respuesta y que no ha contado con espacio informativo propio: ¿dónde estaban los medios de comunicación antes de Enron?; ¿no era una de sus funciones actuar como perros guardianes (watchdogs), también del mundo de los negocios?; ¿por qué no llegaron antes al lugar (lugares) de los hechos?

Quizá alivie saber que no estaban en situación muy distinta a tantos otros (analistas, accionistas, auditores, expertos…), o sea, en unos casos engañados, en otros deslumbrados por éxitos empresariales y personalidades directivas sorprendentes, muy a menudo sordos ante las débiles advertencias de voces disidentes y, en general, felices de participar, cada vez más activamente —como negocios centrales en la era de la información—, de las indudables ventajas de una nueva economía de incomprensible, pero supuestamente real, exuberancia. Con lo que, al fin y al cabo, estaban como tantos otros, dentro del mundo de los negocios, a quienes esta ola de escándalos parecía haberles arrastrado por sorpresa."
[...]
¿Y la solución?

"Como decía hace poco un profesional, el periodista económico tiene que ser skeptic, challenger y outsider respecto al mundo de la economía y los negocios. Para ello, sin duda tendrá que mejorar significativamente su formación en cuestiones técnicas —la eterna disputa sobre la formación especializada del periodista económico—, pero sobre todo es necesario que recupere su vocación de «contador de historias», su capacidad para preguntar y volver a preguntar las cuestiones más básicas, y su deseo de ir más allá de una actualidad dominada por la agenda institucional y el poder de comunicación de las fuentes. Sólo así podrá volver a cuestionarse las historias de éxito empresarial que parecen increíbles, la arrolladora personalidad de ciertos directivos convertidos casi en personajes de moda o la exuberancia irracional de ciertos mercados."

[Aquí, el artículo completo]

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