30 octubre 2006

Un verano en Business Week (I)


Ya os he hablado en alguna ocasión de Manuel Baigorri, antiguo alumno del SIEC y actualmente doctorando en el Depto. de Empresa Informativa de la Universidad de Navarra. Lleva tres años trabajando sobre Business Week como modelo de periodismo de innovación, y después de rastrear todos la bibliografía habida en España sobre el asunto, tocaba hacer las maletas, cruzar el charco, aterrizar en Nueva York y llamar a las puertas del 1221 de Avda. de las Américas, sede central de McGraw-Hill. Bajo el brazo, una noticia buena y otra mala. La buena, el permiso de Business Week para visitar la sede y entrevistarse con algún responsable; la mala, la visita duraría como mucho un día y nada debía perturbar el ritmo de trabajo de la redacción. Con esos mimbres, tuvimos que decidir si merecía la pena el coste del viaje y el alojamiento. Al final, nos arriesgamos confiando en que cuando Manuel explicara el proyecto, las puertas de BW se abrirían.

Así fue. Después de unos primeros días de tanteo, y gracias a la ayuda inestimable de Bob Dowling, Assistant Managing Editor de Business Week y periodista en ella desde hace casi 30 años, todo fue sobre ruedas: no sólo el acceso a otros responsables de la revista fue inmediato sino que se le facilitó la asistencia a varias de las reuniones que mantuvieron los editores de la revista para planificar los temas de la semana.

¿Qué hace un tipo de España>>Navarra>>Ablitas investigando BW? Esa es la pregunta que no pocos redactores y editores se hicieron al conocer a Manu. No en vano y aunque parezca sorprendente, para muchos de ellos era la primera vez que alguien se les acercaba con un tema así entre las manos.

Otra de las personas clave durante los primeros días en las oficinas de la revista fue Jamie Russell, directora de la biblioteca de la revista. Gracias a ella, Manuel tuvo acceso a los archivos de McGraw-Hill, donde las mujeres que trabajaban en el Business Information Center le facilitaron todos los recursos históricos y presentes de la compañía relacionados con la revista: todo un tesoro sin explotar y que estaba esperando agazapado la llegada de Manuel para volver a ver la luz. Gracias a toda esa documentación, mucha de la cual es exclusiva y sin publicar, la tesis doctoral de Manuel tendrá un valor genuino incalculable.

Para finalizar este post, tan sólo me gustaría destacar algo: toda la amabilidad recibida, el trato dispensado y la profesionalidad en el servicio hacen pensar en lo que más de un periodista de Business Week le comentó a Manuel en alguna ocasión: “Es un privilegio trabajar para McGraw-Hill Co. Uno no se da cuenta de ello hasta que no deja de trabajar en la compañía”.

Proximamente, más.

No hay comentarios: