05 diciembre 2006

¿El final de las páginas de cotizaciones? (IX)

Os paso un resumen de la comunicación que presenté al I Congreso de Comunicación Financiera. Los más interesados os podéis descargar el artículo completo o el resumen en power point.

Desde enero de 2006 más de cincuenta diarios de los EE.UU han anunciado el recorte parcial o total de las páginas destinadas a listados de cotizaciones, entre los que destacan el Washington Post, New York Times, Chicago Tribune o Los Angeles Times. De los 31 diarios con mayor difusión de los EE.UU, 19 - con una difusión conjunta de más de 8,5 millones de ejemplares - han seguido esta tendencia (cifras publicadas en septiembre por el Audit Bureau of Circulation)

Las principales causas son la madurez tecnológica - es muy difícil abaratar aún más los costes de papel, distribución e impresión -, el descenso en la difusión de los mercados maduros, la reducción de ingresos por ventas y por publicidad, y sobre todo, la aparición de internet, un nuevo medio que permite a las empresas editoras reducir costes, crecer en número de lectores y crecer un 30 por 100 en la inversión publicitaria online (datos de 2005: 2.100 millones $). Con estos mimbres, los diarios han optado por recortar costes en la edición impresa e incentivar el consumo de la información y servicios online, con el objeto de conseguir más visitas a las que ofrecer un servicio más personalizado y rápido.

El recorte de las páginas de las cotizaciones ha tenido un triple efecto: a) en los lectores; b) en la propia sección de Finanzas; y c) en los inversores.

Respecto a los lectores, si bien es cierto que han existido críticas a la supresión de la información, la mayoría aplaude la decision: no tiene sentido publicar una información obsoleta. Es preferible dedicar ese espacio al análisis.

En segundo lugar, algunos expertos han expresado sus reticencias con esta medida. Argumentan que este recorte podría ser el inicio del fin de las páginas de Finanzas. Pero para muchos otros editores, esta medida les da la oportunidad de hacer un periodismo más genuino, más auténtico, más alejado de la notas de prensa, más analítico y mucho más cercano al lector, lo cual requiere contratar a profesionales especializados. Dado que esto sólo está al alcance de algunos pocos diarios, optan por contratar los servicios y suplementos creados ad hoc por las agencias informativas, como Money & Markets de AP.

Por último, se plantea la hipótesis de si el nuevo modo en que los inversores consiguen la información puede influir en el modo en que invierten: todo parece indicar que los nuevos medios podrían estar fortaleciendo un proceso de retroalimentación consistenten en proyectar en el futuro la evolución presente de un valor . Ese proceso dependería en gran medida de la velocidad de transmisión de la información. El recorte de la información impresa y la consiguiente información online podría reforzar la sensación de inmediatez del inversor. Dado que tener información no significa saber qué hacer con ella, la suma de información actual más desconocimiento más presión por la inmediatez tendría como resultado el fortalecimiento de ese proceso de retroalimentación irracional, que perjudica sobre todo a los inversores más inexpertos.

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