07 marzo 2007

El Economista, al desnudo

Miguel Buckenmeyer, antiguo director de arte y principal responsable del diseño de El Economista (recién premiado por la SND como diario mejor diseñado del mundo), explica en Visualmente las claves de lo que él llama "nuevo modelo para la información económica":

"El anterior director del diario, Carlos Salas, y yo pretendíamos crear un modelo gráfico diferente a los existentes dentro del mercado de la prensa económica, basándonos en la absoluta convicción de que, en la actualidad, los lectores disponen de muy poco tiempo para dedicar a los periódicos."

"Intenté que el diseño de El Economista fuera sencillo y sin demasiadas distracciones, innecesarias la mayoría de las veces, así como que tuviera una tipografía perfectamente legible con jerarquías de la información muy claras.Asímismo, me marqué la meta de conseguir un diseño con una estética absolutamente disciplinada y coherente: desde la paleta de colores hasta los filetes y espacios blancos. Luego intenté, siguiendo las mismas pautas, aplicar ese diseño de una manera igual de disciplinada. Creo que el diseño refleja una evidente atención al detalle. Yo ceo que un atractivo diseño editorial ha de basarse en los detalles y, desde este convencimiento, no dudé en emplear mucho tiempo en repasar cada elemento, tamaños, tipografía, uso de blanco, color, etc."

"Es evidente que el diseño no vende por sí solo un periódico (pero igual de evidente es que un buen diseño es una fenomenal ayuda para dotar al periódico de atractivo y de un estilo propio y para consolidar una marca). El periódico ha de contar cosas interesantes para que la gente lo compre. Si bien, es cierto que el modelo gráfico de El Economista se consolidó mientras yo desempeñaba la dirección de Arte, con el eficaz y entusiasta apoyo del anterior director, creo que aún le falta mucho para madurar en lo que se refiere a los modelos editorial y empresarial. Y esto, en las actuales condiciones, creo que no va a ser fácil."

"La filosofía que Salas pretendía aplicar al periódico era la única forma de conseguir que éste pudiera asentarse en un mercado tan competitivo y difícil. Pero no le dejaron continuar su obra. Si bien en la actualidad su huella es evidente en muchas de las informaciones del periódico, después de su traumática y vergonzante salida de la empresa, es notorio que el diario ha descendido en sus niveles de frescura y calidad."

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