Actualidad Económica cumplirá 50 años el próximo 22 de marzo y anda poniéndose guapa para la ocasión. Esta semana conocíamos el nuevo rediseño de la revista, que no se queda en un mero
cambio de mantel sino sobre todo de
nuevos ingredientes: más opinión, más internacional, más análisis, menos actualidad y (espero) menos famoseo. Personalmente creo la llegada de
Miguel A. Belloso a la dirección ha marcado un punto de inflexión y ha corregido el principal error de la revista en los últimos tiempos: una personalidad poco clara, una ausencia de ADN que permitiera diferenciarla del resto y que se concretaba en unos contenidos insípidos. Los que leemos a Belloso en
Expansión y en su
blog sabemos que es hombre sin complejos, que no esconde ni sus filias (el liberalismo) ni sus fobias (el intervencionismo) y eso se nota en la nueva revista. Basta repasar los temas de portada y comprobar la evolución desde su llegada (la negrita es mía):
- Ciudadano Roures.
- La España de los 100 megas
- Edición Especial: Ranking de las 5.000 mayores empresas españolas
- ¿Es Gore un
farsante?
-
Crisis de confianza en Solbes
- Las fortunas catalanas
buscan refugio en Madrid
- La
trampa del salario mínimo
-
Chávez pone en el punto de mira a BBVA y Santander
- Educación
contra el mercado
-
Pelea para bajar impuestos
- Anuario 2007: Tiempo de
crisis- ¿Dónde invertir cuando viene el
lobo?
- ¿Por qué no puedo comprar o vender
cuando quiera?
- Pizarro quiere otra vez
guerra-
Pánico en la Bolsa
-
Malos tiempos para la banca
- Gestores para
momentos difícilesPara dar a conocer el nuevo producto
Unidad Editorial ha lanzado la
campaña "Toda noticia tiene una lectura económica", elaborada por la agencia Revolution y en la que se han invertido un millón de euros. El objetivo es convertirse en una publicación de referencia para "los empresarios, los cuadros directivos, todos los profesionales, la clase dirigente y aquellas personas que estén interesadas en la marcha de la economía".

La idea principal de la campaña es mostrar que toda noticia conlleva una implicación económica. Para ello han diseñado ocho carteles referidos a diferentes ámbitos aparentemente no relacionados con lo económico, en los que el el rostro de los protagonistas es sustituido por George Washington, Lincoln, la Reina Isabel o Mao.
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