23 marzo 2006

Rifirrafe entre la APIE y Renfe

Miguel Ángel Noceda, el presidente de la Asociación de Periodistas Económicos (APIE) ha enviado una carta al presidente de RENFE, José Salgueiro, criticando que la empresa pública evitara responder las preguntas de los profesionales después de la presentación de resultados del pasado 15 de marzo. En esa ocasión, RENFE contrató los servicios de la periodista y presentadora Mamen Mendizabal para que realizara las preguntas en nombre de todos los medios, preguntas presuntamente preparadas por la dirección de comunicación de Renfe. Un día más tarde, la historia se repitió pero esta vez con la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez.
Para Noceda:

El recurso de contratar a una periodista (...) para que realizase preguntas en nombre de todos los medios de comunicación presentes es a todas luces una mala práctica que esta asociación desaconseja vivamente. En las ruedas de prensa, para que lo sean, es condición “sine qua non” que los informadores puedan ejercer sin trabas su derecho a preguntar. Negar esta posibilidad, como hizo RENFE en la presentación de su cuenta de resultados, es un recurso para limitar la obligada transparencia informativa que esta asociación está obligada a denunciar. (...)

... la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) denuncia este proceder de RENFE como un ejemplo de mala práctica informativa, que atenta contra la transparencia que debe seguir quien presta un servicio público de capital importancia como es el de las comunicaciones ferroviarias

Por su parte, Manuel Sempere, director de Comunicación de RENFE, ha salido al paso de las críticas afirmando en una carta enviada a la APIE, que no se había convocado ninguna rueda de prensa y que tanto las intervenciones de Salgueiro como de Álvarez eran unas ponencias presentadas en unas Jornadas de Comunicación - qué paradójico, añado- organizadas por la compañía. Es más, tras el malestar manifestado por los periodistas durante el día 15, RENFE afirma que "el presidente y los directores generales se pusieron a disposición de todos los periodistas, y la ministra de Fomento quiso atender personalmente a todos los medios. Y así lo hizo".

Sé que es muy posible que este Departamento, del que soy responsable, se haya equivocado en el formato elegido. Lo admito y asumo toda la responsabilidad. Así se lo he hecho saber a los profesionales de la información que se han dirigido a mí personalmente. Pero no quiero que se dude de la intención que tuvimos al organizar las Jornadas. Pretendimos un lugar de encuentro de profesionales donde se pudieran debatir temas interesantes para todos y además, como periodistas, ofrecer datos que pudieran convertirse en noticia.

(...)

El formato de las Jornadas, que he detallado al inicio de esta carta, se eligió porque era el que mejor se adaptaba a una Jornada de carácter profesional y porque hubiese sido perjudicial para todos organizar y conducir sendas ruedas de prensa una, con José Salgueiro, y la segunda, con Magdalena Álvarez) en las que había 130 medios de comunicación locales, regionales y de difusión nacional de toda España. Precisamente se hizo para evitar el malestar de los profesionales que allí acudían con otras expectativas.

En cualquier caso, y a la vista de tu carta, queda claro que hemos fallado. No volveremos a repetir un formato como éste, por muy buena voluntad que pongamos en nuestro trabajo. De hecho, reitero nuestra intención de ser transparentes y de mantener, en breve, un contacto directo y personal con los asociados de la APIE, a cuya disposición estamos todos los días del año.

¿Alguien estuvo ahí para contarlo? ¿Es cierto que hubo café pero no se aceptaron preguntas sobre temas ferroviarios o de infraestructuras? ¿O por el contrario cualquier periodista tuvo la oportunidad de preguntar lo que quisiera?

[Actualización 27.03.06] Alguien de fiar que estuvo en las famosas Jornadas de Comunicación me confiesa que la nota de la APIE se ajusta bastante a los hechos pero que tras la protesta de los periodistas, el gabinete de comunicación de RENFE reaccionó bien y permitió a todos los informadores presentes hablar sin problemas con el presidente de la compañía y con otros máximos directivos. Cosa diferente es, al parecer, lo del gabinete de comunicación del Ministerio de Fomento, cuya gestión informativa deja mucho que desear.

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